sábado, 24 de octubre de 2009

FÁBULAS




EL LEÓN Y EL RATÓN

Dormía tranquilamente un león, cuando un ratón empezó a juguetear encima de su cuerpo. Despertó el león y rápidamente atrapó al ratón; y a punto de ser devorado, le pidió éste que le perdonara, prometiéndole pagarle cumplidamente llegado el momento oportuno. El león echó a reir y lo dejó marchar.

Pocos días después unos cazadores apresaron al rey de la selva y le ataron con una cuerda a un frondoso árbol. Pasó por ahí el ratoncillo, quien al oir los lamentos del león, corrió al lugar y desató la cuerda, dejándolo libre.

Días atrás le dijo, te burlaste de mí pensando que nada podría hacer por tí en agradecimiento. Ahora es bueno que sepas que los pequeños ratones somos agradecidos y cumplidores.

Moraleja: Nunca desprecies las promesas de los pequeños honestos. Cuando llegue el momento las cumplirán.


LA RANA DEL PANTANO Y LA DEL CAMINO

Vivía una rana felizmente en un pantano profundo, alejado del camino, mientras su vecina vivía muy orgullosa en un charco al centro del camino.

La del pantano le insistía a su amiga que se fuera a vivir al lado de ella, alejada del camino; que allí estaría mejor y más segura.

Pero no se dejó convencer, diciendo que le era muy difícil abandonar una morada donde ya estaba establecida y satisfecha.

Y sucedió que un día pasó por el camino, sobre el charco, un carretón, y aplastó a la pobre rana que no quiso aceptar el mudarse

Moraleja: Si tienes la oportunidad de mejorar tu posición, no la rechaces.


LA PALOMA Y LA HORMIGA

Obligada por la sed, una hormiga bajó a un manantial, y arrastrada por la corriente, estaba a punto de ahogarse.

Viéndola en esta emergencia una paloma, desprendió de un árbol una ramita y la arrojó a la corriente, montó encima a la hormiga salvándola.

Mientras tanto un cazador de pájaros se adelantó con su arma preparada para cazar a la paloma. La vio la hormiga y le picó en el talón, haciendo soltar al cazador su arma. Aprovechó el momento la paloma para alzar el vuelo.

Moraleja: Siempre corresponde en la mejor forma a los favores que recibas. Debemos ser siempre agradecidos.


LOS DOS PERROS

Un hombre tenía dos perros. Uno era para la caza y otro para el cuidado. Cuando salía de cacería iba con el de caza, y si cogía alguna presa, al regresar, el amo le regalaba un pedazo al perro guardián. Descontento por esto el perro de caza, lanzó a su compañero algunos reproches: que sólo era él quien salía y sufría en todo momento, mientras que el otro perro, el cuidador, sin hacer nada, disfrutaba de su trabajo de caza.

El perro guardián le contestó:

-- ¡ No es a mí a quien debes de reclamar, sino a nuestro amo, ya que en lugar de enseñarme a trabajar como a tí, me ha enseñado a vivir tranquilamente del trabajo ajeno !

Moraleja: Pide siempre a tus mayores que te enseñen una preparación y trabajo digno para afrontar tu futuro, y trata de aprenderlo correctamente.


LA CIERVA EN LA GRUTA DEL LEÓN

Una cierva que huía de unos cazadores, llegó a una gruta donde no sabía que moraba un león. Entrando en ella para esconderse, cayó en las garras del león.

Viéndose sin remedio perdida, exclamó:

¡ Desdichada de mí ! Huyendo de los hombres, caí en las garras de un feroz animal.

Moraleja: Si tratas de salir de un problema, busca que la salida no sea caer en otro peor.


EL ÁGUILA Y EL ESCARABAJO

Estaba una liebre siendo perseguida por un águila, y viéndose perdida pidió ayuda a un escarabajo, suplicándole que le salvara.
Le pidió el escarabajo al águila que perdonara a su amiga. Pero el águila, despreciando la insignificancia del escarabajo, devoró a la liebre en su presencia.

Desde entonces, buscando vengarse, el escarabajo observaba los lugares donde el águila ponía sus huevos, y haciéndolos rodar, los tiraba a tierra. Viéndose el águila echada del lugar a donde quiera que fuera, recurrió a Zeus pidiéndole un lugar seguro para depositar sus futuros pequeñuelos.

Le ofreció Zeus colocarlos en su regazo, pero el escarabajo, viendo la táctica escapatoria, hizo una bolita de barro, voló y la dejó caer sobre el regazo de Zeus. Se levantó entonces Zeus para sacudirse aquella suciedad, y tiró por tierra los huevos sin darse cuenta. Por eso desde entonces, las águilas no ponen huevos en la época en que salen a volar los escarabajos.

Moraleja: Nunca desprecies lo que parece insignificante, pues no hay ser tan débil que no pueda alcanzarte.


EL CERDO Y LOS CARNEROS

Se metió un cerdo dentro de un rebaño de carneros, y pacía con ellos. Pero un día lo capturó el pastor y el cerdo se puso a gruñir y forcejar. Los carneros lo regañaban por gritón diciéndole:

-A nosotros también nos echa mano constantemente y nunca nos quejamos.

-Ah sí - replicó el cerdo -, pero no es con el mismo fin. A ustedes les echan mano por la lana, pero a mí es por mi carne.

Moraleja: Perder lo reponible no nos debe preocupar, pero sí el perder lo que es irreparable.


EL LEÓN Y EL MOSQUITO LUCHADOR

Un mosquito se acercó a un león y le dijo:
-No te temo, y además, no eres más fuerte que yo. Si crees lo contrario, demuéstramelo. ¿ Que arañas con tus garras y muerdes con tus dientes ? ¡ Eso también lo hace una mujer defendiéndose de un ladrón ! Yo soy más fuerte que tú, y si quieres, ahora mismo te desafío a combate.

Y haciendo sonar su zumbido, cayó el mosquito sobre el león, picándole repetidamente alrededor de la nariz, donde no tiene pelo.

El león empezó a arañarse con sus propias garras, hasta que renunció al combate. El mosquito victorioso hizo sonar de nuevo su zumbido; y sin darse cuenta, de tanta alegría, fue a enredarse en una tela de araña.

Al tiempo que era devorado por la araña, se lamentaba de que él, que luchaba contra los más poderosos venciéndolos, fuese a perecer a manos de un insignificante animal, la araña.

Moraleja: No importa que tan grandes sean los éxitos en tu vida, cuida siempre que la dicha por haber obtenido uno de ellos, no lo arruine todo.


Fuente: h
ttp://www.pekegifs.com/pekemundo/fabulas/menu2.htm

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